La preocupación de muchos padres es saber si su niño está comiendo de forma equilibrada. Hay mucha información sobre nutrición y muchas veces el ritmo de vida actual nos obliga a elegir la opción más rápida, que no siempre es la más saludable.
Os voy a dar unos consejos fáciles, para conseguir que los niños coman bien y disfruten.
Hacer que participen en la compra y la preparación de los alimentos. Debemos evitar llevar en el carro opciones no saludables como bollería, cereales azucarados, chucherías, zumos comerciales, snacks y precocinados.
No obligarles nunca a comer, esto solo fomentará que rechacen aún más los alimentos. Si no quieren algo, es mejor retirarles el plato sin enfadarnos, pero tampoco ofreciéndole una opción no saludable solo porque sabemos que la va a comer.
Si no le gusta un alimento, enmascararlo con otra receta más apetecible. Hay que tener paciencia, a veces tardan hasta 15 veces en aceptar alimentos nuevos.
Tener siempre disponibles y a la vista opciones saludables en casa: frutas, verduras, cereales integrales, yogures naturales…
Evitar premiar o castigar con comida “si te comes las espinacas te dejo ver los dibujos”, “si no terminas la verdura no te doy natillas”.
Mantener un ambiente tranquilo en la mesa y a ser posible comer todos lo mismo. Los padres son el ejemplo a seguir de sus hijos y copiarán sus conductas.
Evitar distracciones mientras comemos: televisión, canciones, juegos… les dificulta que puedan centrarse en la comida e identificar las sensaciones de hambre y saciedad.
Con esta información, ¿Cómo elaboramos un menú saludable?
Desayunos:
Buenas opciones: lácteos enteros (sin azúcar), cereales integrales (sin azúcar), pan integral (con tomate, con aceite de oliva, con queso crema, con crema de frutos secos…), galletas caseras de avena con fruta y fruta fresca.
Opciones que debemos evitar: cacao azucarado, zumos comerciales, cremas de cacao, cereales “infantiles” azucarados, bollería, galletas azucaradas. Los niños no necesitan comida “para niños”, estos productos suelen contener grandes cantidades de azúcar y harinas refinadas.
Medias mañanas y meriendas:
Buenas opciones: bocadillos de pan integral (con embutido de buena calidad y de forma ocasional, tomate y queso, con pimientos y atún, con tortilla francesa, con crema de frutos secos y cacao puro…) pieza de fruta, lácteo (sin azúcar), verduras cortadas y hummus y batidos caseros de fruta.
Opciones que debemos evitar: bocadillos de pan blanco, bollería, galletas, batidos comerciales, chocolates azucarados, zumos….
Comidas y cenas:
Buenas opciones: un plato saludable debe contener un 50% de verduras, un 25% de cereales integrales (quinoa, pasta, arroz…) y un 25% de proteínas de calidad (carnes, pescados, huevos…).
Opciones que debemos evitar: precocinados (patatas congeladas, pizzas, fritos, rebozados…), salsas comerciales, patés, embutido…
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